Sobrevivir a la invasión navideña es un reto para quienes no les gusta.
En muchos sitios, un mes antes de la Navidad, los centros comerciales de muchas ciudades se visten de navidad; y en diciembre la música y la iluminación te la recordarán por todos lados... ¡Hasta internet luce con guirnaldas y bolas de colores!
Días de reuniones de trabajo y familiares, alegres alrededor de las bebidas y comidas, con manjares que solo nos permitimos en estas fechas, haciendo un esfuerzo económico considerable (que no todo el mundo puede, por supuesto).
Sin embargo, a todo el mundo no le gustan estas fiestas. Hay quienes, afortunados, aprovechan para hacer un viaje o una escapa rural. Pero si no es tu caso y, por diferentes motivos, este año no te gustan o apetecen las fiestas navideñas, y no te queda más remedio que sufrirlas o aguantarlas va el siguiente artículo sobre algunas de las razones más frecuentes para celebrarlas o simplemente pasar de ellas.
Si ya las navidades del 2020 fueron peculiares por las restricciones en pandemia, las del 2021 serán las primeras de la etapa de vacunación, masiva a estas fechas y donde nos encontraremos a miembros de la misma familia unos vacunados y algunos no vacunados. ¿Qué hacer?
1. Familiares vacunados y no vacunados.
2. No soy religioso. Fiestas navideñas y paganas.
3. Fiestas comerciales y regalos afectivos. Vales y cupones.
4. Por los que ya no están con nosotros. Duelo
5. Unos me caen bien, pero otros... uf.
6. El tiempo pasa para todo el mundo.
7. Estoy solo y lejos de la familia.
8. No quiero celebrar nada
Recetas para superar la Navidad
1. Familiares vacunados y no vacunados
La de 2021 será la primera navidad con la mayoría de la población vacunada y donde la polémica está servida porque no todo el mundo se ha vacunado y en los medios predomina el enfrentamiento entre "vacunados" y "no vacunados".
Aquí no vamos a exponer las razones (que las tienen) de cada colectivo, sino aquellas que afectan a las reuniones familiares. ¿Qué hacer si en mi familia no todos están vacunados?
Desde la empatía, intentemos comprender diferentes escenarios:
- Ni unos ni otros tienen el deseo de contagiar a nadie (entre otras razones porque la ciencia reconoce que la vacunación no frena el contagio). La opción elegida no nos convierte en sabios, por tanto respetemos a los demás.
- La costumbre de la reunión familiar en un día o noche concreta no implica mayor o menor amor. Si hay temores, podemos elegir no asistir a la comida familiar y saludar con una videollamada.
- Proponer varias reuniones, entre compatibles y recurrir nuevamente a las videollamadas (que son muy útiles en estos casos)
- Las fiestas duran varios días, podemos repartirnos y vernos con menos miembros a la vez. ¿Todos juntos? Pues si no puede ser, no se hunde el mundo por ello. Abre la mente y verás opciones.
- Recordemos, son unas fiestas de amor y alegría, y desde luego no nos vamos a amargar por seguir una tradición que este año también tiene sus dificultades impuestas para cumplirla, habiendo posibilidad de vernos de otra manera.
- Por supuesto, excusar al que no quiera asistir por la polémica vacunación, desde el respeto y sin críticas malintencionadas, que lo único que conducen es a dañar la propia familia. Si uno tiene miedo a contagiarse es muy razonable que no acuda a la comida, pudiendo conectarse virtualmente para saludar.
- Si eres el único no vacunado, ¿para qué forzar una situación donde los demás se sentirían incómodos y, por consiguiente, tú también? Mejor no asistir (con alguna excusa si no quieres tocar el tema) y dejarlo para veros en otro momento en alguna terraza, abierta y disfrutar sin miedos de esa compañía.
2. Fiestas navideñas / Fiestas paganas
Puede que te digas algo así Yo no soy creyente católico y me parece hipócrita. Efectivamente, celebrar un ritual sin ser creyente parece poco sensato.
¿Y si supieras que antes del cristianismo ya se celebraban fiestas paganas por el solsticio de invierno? En casi todas las culturas se ha celebrado el inicio del invierno con fiestas dedicadas al sol, astro divino, tras la noche más larga del año, 21 de diciembre, para que el día solar se alargue (dos minutos por día).
Fiestas del solsticio de invierno, decembrinas, saturnales, navideñas, etc. Sí, estas fechas se pierden en nuestra historia y son más paganas de lo que se piensa.
Mira por Internet las fiestas paganas invernales y verás. Además de descubrir curiosidades sobre cómo nuestros ancestros celebraban estas fechas, puedes adaptar algún rito curioso y darle significado para ti. ¿Qué te parece?
Así que aprovecha para celebrar estas fechas y recoger la alegría suficiente para afrontar el invierno que acaba de empezar.
3. Fiestas comerciales / Regalos afectivos
Se han convertido en algo comercial y con la crisis no hay para tanto regalo. Pues sí, no seré yo quien lo niegue y coincido en que el espíritu comercial no va mucho con el espíritu navideño, pero no tienes porqué dejarte llevar por la locura compradora.
Haz con antelación un presupuesto detallado para regalos y elige con antelación el número de los mismos, precio máximo y destinatario. Evitar ir a mirar todas las ofertas que los comercios van sacando desde comienzos de noviembre hasta enero, porque al final caerás en compras compulsivas para aprovechar dichas ofertas y a la larga el presupuesto se desborda como un tsunami. Stop trampas comerciales.
¿Sabes?... la filosofía del regalo es DAR algo nuestro, no el recibir. Ocurre que vemos más práctico comprar el regalo que hacer un objeto, al comprarlo nos pertenece y entonces lo regalamos. Bien, pues céntrate en la esencia, en DAR.
Tú eres el mejor regalo, regala tu afecto. ¿Qué te parece si regalas tu corazón, tu sonrisa o un afecto? Escribe una frase, o recorta un corazón o una imagen, o con rotuladores, en un papel y lo envuelves en bello papel o en cajitas de papel, o sobres personalizados. Hay unas cartulinas imitando al pergamino donde puedes escribir con tu puño y letra alguna dedicatoria, pensamiento, poema o frases; dibujar o pegar algo significativo.
Y si buscas en internet ideas de manualidades para regalar lo difícil será elegir, las hay para todos los niveles de dificultad. ¿Que tú no sabes y eres muy torpe? Ponte y verás el efecto que tiene.
¿Que no es lo tuyo? siempre te quedara la idea de los cupones o vales.
4. Por los que ya no están
En estas celebraciones familiares se echa mucho de menos a los que ya no están. Y es cierto, claro que se nota mucho su ausencia. Por eso, al reunirnos dedicaremos unos momentos para recordar a aquellos queridos familiares y amigos que ya no están entre nosotros.
Piensa en esta persona ¿cómo querría que pasásemos esta noche? ¿cómo se sentiría si nos ve tristes o nos negamos a celebrar la nochebuena o navidad? Pues eso, solo por la persona que falta ya tenemos motivo para celebrarlo en su honor, dedicarle esta reunión, recordarla entre todos.
Celebra que los que nos reunimos ¡seguimos vivos! y no sabemos si el año que viene lo estaremos. Recordemos las ausencias y momentos divertidos que vivimos, y alégrate de haber sido parte de su vida.
5. Unos me caen bien, pero otros... uf.
Es una cena de compromiso donde hay que poner buena cara a quienes apenas se hablan el resto del año... o me llevo mal con x y no puedo soportarlo... Frases similares son más comunes de lo que piensas. Entonces ¿son hipócritas los que se reúnen?
En este caso, tratemos de cambiar el foco de atención, del ¿todos me caen bien? a ¿todos me caen mal?... ¿todos, todos?
Céntrate en aquellas personas de la reunión con las que te llevas mejor, y a las otras respétalas sin más, no tenemos que caernos bien, solo respetarnos. Con cualquier excusa busca una silla al lado de quien te cae mejor y no tengas en frente a quien menos soportas.
Disfruta de la oportunidad de estar con quienes mejor te llevas; seguro que tenéis muchas cosas que contaros, ¿verdad?
6. El tiempo pasa para todos
Todos cambiamos con el tiempo.
Hace tiempo que no nos vemos algunos familiares y me veo peor. He aquí otro temor, y grande: ¿cómo me verán después de varios años?. He cambiado muchísimo y no soy lo que era...y luego esa manía de hacer fotos familiares y subirlas...
El tiempo pasa para todos, y a la par que nuestro envoltorio (el cuerpo o imagen) va envejeciendo, el interior (personalidad) va enriqueciéndose. Las experiencias dejan sus huellas, y si estás pasando por un momento bajo en salud, los que te quieren se alegrarán de verte.
¿O acaso tú criticarías a un amigo o familiar si no está en plena forma por motivos de salud? ¿A que te alegras de ver a alguien que está pasando una mala racha? ¿Sí? Pues da la oportunidad a tus seres queridos de que se alegren por ti.
Como el vino, la maduración nos hace más valiosos, no es la botella la que da el sabor, sino la maduración del vino. No eres un vino joven, sino un exquisito ¡reserva!
Y estás vivo, ojo, que no se te olvide, y este sí que es el mejor motivo: la vida
7. Estoy solo y lejos de la familia
Estoy solo, tengo lejos a mi familia... Es otro motivo para no querer celebrar estas fiestas, estar alejado de los tuyos. Sin embargo, no estar con la familia no implica soledad. ¿Acaso no tienes amigos o conocidos donde estás? ¿Y las redes sociales?
Si estás solo o sola es porque quieres, y no me digas lo contrario, salvo que estés de vigilante de montes, astronauta (no, estos no están solos tampoco) y alguna que otra profesión a la que no le queda otro remedio.
Hoy en día lo más raro es estar solo, solo; por donde mires hay gente (dicen que sobramos unos cuantos miles de millones de personas), además de las redes sociales, donde se publican encuentros grupales para las fiestas. Recuerdo en mi niñez (ya hace...) que en nochebuena cerraban todos los restaurantes y bares; pero ahora ¡están casi todos abiertos!
Hay muchísima gente que no cena en familia y los establecimientos abren para toda esa gente alternativa, es decir, más o menos como tú. (incluso algunos admiten a nuestros amigos de cuatro patas)
¿Te imaginas reunirte con personas con las que tienes en común estar solos? A por el brindis alternativo.
8. No quiero celebrar nada
Esta nochebuena no quiero salir, no tengo ganas. No creo en la Navidad y no quiero celebrarla.
Y tienes todo el derecho del mundo a no hacerlo ¿por qué vas a hacer algo que no quieres?
Sin embargo, como ya dije al comienzo, salvo que vivas aislado o en la planta 25, la iluminación navideña y los villancicos de la calle te recuerdan la navidad, quieras o no, vamos.
Y si no tienes ganas o tiempo para cocinar, este plato no está mal ¿verdad? |
Aunque solo sea por empezar el invierno con ánimo, prepárate una cena única para ti, con tu buen vino o espumoso (los hay también sin alcohol) y una buena película. Los programas televisivos, cuando estamos solos, no ayudan a sentirnos mejor.
¡Una buena película! recostado en tu salón, abrigado y con tu bebida especial... no es mal plan
Brindar contigo mismo es una excelente apuesta. |
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