Psicoecología o Ecología Personal
Una psicología adaptada a las necesidades del ritmo urbano actual
Una adecuada Psicoecología es aquella que permite desarrollarnos como personas, como ciudadanos de una sociedad y como seres de la naturaleza. Un desarrollo correcto es aquel que respeta y favorece el equilibrio en esta interrelación: persona-sociedad-naturaleza.
Cuando nacemos venimos con una maleta, la filogenética, que contiene no sólo los instintos propios de nuestra especie, sino también aquello que nuestros antepasados han aprendido y ha quedado marcado en su genética, que son nuestras predisposiciones.
Además, no crecemos aislados, sino en un entorno, y este nos inculcará sus modelos de comportamiento, creencias y pensamiento: idioma, costumbres, cultura, valores, etc.
Además, no crecemos aislados, sino en un entorno, y este nos inculcará sus modelos de comportamiento, creencias y pensamiento: idioma, costumbres, cultura, valores, etc.
El entorno influye en nuestra salud y emociones, y viceversa |
La persona y el entorno geográfico
Los recursos naturales del entorno influirán a lo largo de toda nuestra vida, de modo que algunas potencialidades se desarrollarán más y otras menos.
En ambientes con abundancia de agua se potenciarán deportes acuáticos y en los más escasos, los deportes atléticos como los corredores; incluso la construcción de viviendas (nuestra segunda piel), según la disponibilidad de árboles, arcilla y cemento, por ejemplo.
El clima también influye en la personalidad, de modo que aquellos que crecen en una zona cálida y luminosa con pocas lluvias, pasarán más tiempo en la calle, relacionándose y aprendiendo habilidades sociales. En lugares más extremos la menor densidad demográfica influye en unas escasas interrelaciones y una fuerte cohesión entre las mismas para ayudarse a sobrevivir.
El "buen tiempo" facilita que cuando nos encontramos con alguien conocido seamos propensos a saludos más largos que cuando hace "mal tiempo", llueve y hace frío, que vamos incómodos y rápidos y nuestros saludos son tan fugaces que a veces ni se producen.
Este es un pequeño ejemplo de cómo nos influye el clima.
Influimos en el entorno
El individuo, a su vez, también influye en el entorno desde su nacimiento, e incluso antes, ¿o acaso la futura madre madre no tiene cambios desde que se queda embarazada? los padres modifican muchos de sus hábitos al tener y cuidar de sus hijos; los padres y demás miembros de su entorno.
Aprendemos, que por nuestro propio interés debemos cuidar el entorno; así, por ejemplo, tiraremos la basura en los contenedores adecuados, y no la dejamos en el suelo, porque el mal olor nos da náuseas, las moscas nos molestan y la visión de ratones entre desechos nos desagrada; por tanto, procuraremos reciclar para mantener el hogar y el medio ambiente saludable, para evitar esos malestares y sentirnos mejor. Esta postura es ecológica.
También nos influye el estado de los demás. Si después de un agradable paseo, de regreso a casa, un joven ve a su madre con lágrimas, la atención se centrará en observar sus gestos mientras por la mente pasan probables causas y razones que expliquen su estado; desde unos posibles bostezos, a un estado emocional deprimido, una pena, y ajustará su reacción a la explicación más probable (si ve una cebolla partida cerca de ella echará la culpa a la misma y no a un dolor emocional).
Lo ecológico es preguntar y escuchar, sin presuponer
Comunicación y solidaridad |
Se sentiría impotente ante el mismo, mermando su capacidad de decidir y cambiar, lo cual no le ayudaría nada, y menos aún a mi madre, que está viendo mi preocupación en la cara, que nota que mi seriedad en la cara, y empezará a preocuparse por mí.
Entraría en un círculo vicioso, sin tardar mucho en pensar que la vida no merece la pena. Ante esta indefensión y actitud derrotista, obviamente su cuerpo responderá con decaimiento y laxitud, apatía y cansancio.
Comunicación y solidaridad
Es decir, lo que uno mismo se dice determinará su actitud, las palabras tienen efecto en uno mismo y en el medio donde interactúo. A menudo desestimamos el valor y poder de la palabra y del lenguaje.
Qué diferente sería si -siguiendo con el ejemplo anterior- la madre del joven estuviese llorando por pena, pensar que nada es eterno, ni siquiera la pena, que la tercera edad es una oportunidad de crecimiento interior, y que los achaques de salud pueden ser menores si hay alegría en su casa; estos pensamientos inducirían a escucharla, y abrazarla con una sonrisa de aceptación y cariño; su cuerpo, en este caso se mantendría activo, presto a la acción, seguro de sí mismo.
Qué diferente sería si -siguiendo con el ejemplo anterior- la madre del joven estuviese llorando por pena, pensar que nada es eterno, ni siquiera la pena, que la tercera edad es una oportunidad de crecimiento interior, y que los achaques de salud pueden ser menores si hay alegría en su casa; estos pensamientos inducirían a escucharla, y abrazarla con una sonrisa de aceptación y cariño; su cuerpo, en este caso se mantendría activo, presto a la acción, seguro de sí mismo.
Si por el contrario llegara a decirse “no puedo”, se estaría programando para la inacción, pues las palabras están inmersas en las creencias personales, y estas determinan nuestra percepción de nosotros mismos y de la realidad, marcando nuestros comportamientos.
La Ecología es Armonía
El equilibrio con nuestro entorno nos hace sentir en plenitud |
La Psicoecología y la Ecología Personal son, pues, una propuesta de la psicología del día a día para el equilibrio físico, mental, emocional y social, especialmente en entornos urbanos
*El término Ecología deriva del griego oikos (casa) y logos (conocimiento); y estudia las interacciones entre los seres vivos y su ambiente o medio.
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