La autoaceptación es supervivencia

     La plena aceptación de uno mismo como persona

    La autoaceptación consiste en aceptarte completamente como persona, con tus defectos y tus virtudes, tus errores y aciertos. 

     ¿Te aceptas a ti mismo como persona en la pobreza y en la riqueza, en la enfermedad y la salud, en lo bueno y en lo malo? ¿Aceptas amarte y respetarte el resto de tu vida? 😉 Pues eso. 

Acéptate como ser humano e imperfecto
         Aceptarse uno mismo plenamente, sin condiciones ni dependiendo de sus manifestaciones ni de lo que piensen los demás sobre uno. Aun siendo consciente de tu imperfección y tengas loables deseos de mejorar, la autoaceptación es quererse a sí mismo. Es un primer paso fundamental para conseguir el equilibrio y mejorar las interrelaciones personales. 

Puntos para reflexionar: 

Tú eres único

     Lo que voy a decir puede parece una bobada, sin embargo ¡se nos olvida! No somos como la ropa, que si no nos gusta una prenda abrimos el armario y elegimos otra. 

    No hay un armario de cuerpos, donde elegir cual te pones porque el que tienes no te gusta. Tu cuerpo es el único que tienes y más vale cuidarlo porque gracias a él estás viviendo, estás sintiendo, eres capaz de amar, odiar, jugar, enfadarte. Incluso gracias a él me estás leyendo. ¡Vives gracias a tu único cuerpo! 

     Quejarte porque otros tienen mejores cuerpos que tú, que el tuyo no vale nada o que qué mala suerte has tenido y demás autoinsultos, te conduce a un camino pedregoso emocionalmente. ¿Qué ocurre cuando a una persona le decimos que no nos gusta como es una y otra vez? que se va, se aleja de ti. Tu cuerpo no puede irse de ti (salvo cuando muere y mejor que no por ahora) y sufre mucho por no ser querido. Y ese cuerpo... eres tú. 

    Por interés propio y supervivencia debemos querer y cuidar al único cuerpo (con su mente) que tenemos. Sólo aceptándonos podemos mejorar. 

Las facetas son como los colores. Unos colores gustarán más y otros menos.

Valor extrínseco personal 

     Una persona es válida y digna para otras personas debido a lo que hace o se preocupa por esas personas, en gran parte. 

    El valor extrínseco se relaciona con las conductas y comportamientos hacia los demás, y para cada una de las personas con las que interactuamos tendremos el valor extrínseco que nos da y que puede variar con el tiempo e incluso según aspectos de nuestra personalidad; nos puede considerar más valiosos en unas facetas que en otras.

     Los demás, por mucho que te conozcan, solo pueden evaluar tus manifestaciones, nunca podrán entrar en tu interior de tu persona. Las manos son parte de ti, pero tú no eres tus manos, pues sin manos vivirías. Tú eres mucho más. Para que alguien te pueda valorar como persona tendría que conocer todas tus manifestaciones, expresiones, intenciones e ideas... y es imposible. 

     Hay que poner en perspectiva esas valoraciones de los demás: no me juzgan como persona (aunque así lo crean, me juzgan determinados comportamientos. 

Valor intrínseco personal 

     El valor depende únicamente de uno mismo, nadie nos puede evaluar interiormente, solo uno mismo podría evaluarse a nivel interior. 

    Los demás no pueden acceder al interior nuestro, siempre es a través de nuestras manifestaciones. Y las manifestaciones no son la persona, uno es muchísimo más. Por tanto, uno mismo puede darse un valor intrínseco debido a que así lo decide, aunque siempre no sea consciente de hacerlo.

Autovaloración de tus comportamientos

     Uno puede medir o evaluar cada uno de sus comportamientos como bueno o malo una vez que te hayas marcado una meta que desee alcanzar; tu valoración dependerá del grado de ajuste a tus expectativas.  Según se ajusten a las mismas así valorarás tus actuaciones. Ejemplo, si deseas superar un examen, considerarás bueno estudiar y malo sería recriminarte por hacerlo.

     ¿Qué posibles criterios podrías utilizar para evaluar tu ser persona si cuando a lo largo de tu vida vas a realizar, literalmente, millones de actos, algunos buenos, otros malos y otros indiferentes?

Para un buen desarrollo de este cuerpo es necesario creer en su capacidad

     De ahí que tu yo personal no es realmente evaluable, no puede ser verdaderamente bueno o malo, a no ser que tú definas arbitrariamente tu bondad o maldad en función de unos pocos rasgos o actuaciones. 

     Lo ideal sería que pudieras dejar de evaluarte a sí mismo o a tu yo, pero si insistes en hacerlo, la mejor manera es decir: “yo soy bueno solamente porque existo, simplemente por la virtud de ser un humano vivo”

El yo personal no es evaluable.

No importa cuántos actos malos cometas, sólo podrás ser realmente una mala persona si:

  • Siempre cometes únicamente malas acciones
  • Estás completamente condenado o destinado a comportarte mal en el futuro en todas las ocasiones
  • El universo o los dioses que supuestamente dirigen al mundo te consideren indigno de cualquier placer en la vida y tengan el poder de que ardas en los infiernos durante la eternidad.

     Dado que todas estas condiciones son virtualmente imposibles, tú no eres nunca una persona totalmente mala. De la misma manera, es muy improbable que tú siempre seas una persona totalmente buena, supernatural y una divinidad, ya que eres un ser humano falible, propenso a errar

     En consecuencia puedes dejar de evaluar tu yo y su globalidad como buena o mala y puedes dejar de condenarte al infierno o elevarte a los altares y empezar a aceptar tus fallos humanos.

Disfrutar en vez de autovalorarte.
Al ser único, soy el mejor, el número 1.

     En realidad, el propósito de evaluar tu yo o tu persona es realmente para demostrar que eres mejor que otras personas y, presumiblemente, superior y como una divinidad. A no ser que seas realmente perfecto, este tipo de autovaloración casi siempre te va a traer angustia y ansiedad. 

     Como persona, eres igual a los demás de tu especie, solo tus manifestaciones serán peores o mejores (según las expectativas de unos y otros). Acéptate como humano falible para desarrollar tu potencial.

     Las múltiples facetas de tu persona están alojadas en un cuerpo único con un potencial a desarrollar. La meta vital habrá de ser, por tanto, disfrutar de uno mismo en vez de autoevaluarse.

Tu yo (totalidad o esencia) es demasiado complejo para ser medido o evaluado

Las múltiples facetas de una persona


©Adela Casado Cano, psicóloga y psicoterapeuta online😉


Artículos relacionados: 
Autoestima o el aprecio a uno mismo


Comentarios